La nueva tarificación de la luz que ha entrado en vigor este año ha conseguido rebajar la factura de la luz en el primer semestre. El objetivo, sin embargo, no se está cumpliendo en la segunda mitad del año. Tras las «trampas» de la subasta Cesur, el Ejecutivo decidió eliminarla y determinar la parte variable de la factura en base al mercado mayorista o «pool».
Este mercado de fijación de precios de la energía no depende como en las pujas anteriores del capricho de agentes financieros o de los gigantes eléctricos que podían inflar los precios a su antojo, pero sí de otros factores externos como el viento o la producción hidráulica. Los factores ambientales son los que han influido en que la parte variable del recibo bajara en los primeros meses del año y haya empezado a subir especialmente en el mes de septiembre.
Así, el primer trimestre arrojó un precio de 25,80 euros por megavatio; el segundo, de 39,93 euros y el tercero, de 52,34 euros tras el cierre en 58,89 euros de septiembre, el mes más caro del año. Para calcular la factura habría que tener en cuenta que esta energía, la parte variable, representa el 37,48%; los peajes, el 41,14% y los impuestos, el 21,38%.
Pese al encarecimiento en la factura de la luz de un 31% respecto al segundo trimestre, el ministro de Industria, José Manuel Soria defiende el nuevo sistema de tarificación de la luz. Soria ha asegurado que el recibo bajará en el conjunto del año más que en 2013, cuando descendió un 3,1%. El titular de Industria argumenta que su sumamos los nueve primeros del año, el precio de la electricidad ha disminuido un 4,9% frente al mismo periodo del año anterior.
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