En mitad del desierto, en uno de los países que
producen mayor cantidad de petróleo del mundo y con el 8% de los recursos
petrolíferos conocidos, cerca del emirato de Abu Dhabi, existe una ciudad de
nueva construcción llamada Masdar City, y que aspira a convertirse en la
primera ciudad del mundo sin emisión de carburos.
El emirato ha emprendido el proyecto de levantar
Masdar City, cuyo ambicioso y solidario objetivo es que tenga un balance cero
de emisiones contaminantes. Todos los edificios, la ciudad misma, están
diseñados para reducir el consumo energético y la organización y estructura de
la ciudad ofrecen una serie de características sostenibles y complementarias
unas con otras que merece la pena repasar: la orientación de la ciudad es
noreste-suroeste para que siempre un lado de la calle esté en sombra y para que
permita la brisa nocturna; las calles son estrechas para facilitar la sombra;
edificios con muros gruesos para absorber los rayos del sol; hogares, oficinas y
fábricas tendrán equipos y contadores inteligentes para consumir sólo la
energía necesaria; en sus calles sólo se puede circular andando, en bicicleta o
en transporte público...Y, por supuesto, la inmensa mayoría de la energía
consumida será de origen renovable, fundamentalmente energía solar.
Masdar, cuyas líneas maestras han sido diseñadas
por el archiconocido arquitecto Norman Foster, ya ha levantado parte de los
edificios previstos y de las instalaciones programadas, pero aún está lejos de finalizar
sus trabajos: su objetivo es llegar a 2030 acogiendo a unos 40.000 habitantes y
otros 60.000 trabajadores no residentes.
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