Cuando en el mundo de los
negocios y la ecología, hablamos de empresas ‘verdes’, nos referimos a aquellas
empresas que dedican esfuerzos
económicos y humanos para generar medidas dirigidas a reducir el impacto
negativo en el medio ambiente.
Una de las ideas principales para
el empresario es la de reducir costes, atraer a los clientes y convertir su
empresa en una marca socialmente responsable y comprometida. De este modo, el
primer paso que se le exige a la compañía es la reducción de la emisión de dióxido de carbono que emite el
conjunto de sus procesos y transformaciones empresariales.
Para poder rendir eficientemente bajo criterios ecológicos, la empresas deben
seguir un modo de conducta real y sostenible, lo que significaría cumplir con
todas las regulaciones ambientales aplicables a su empresa, lo que no sólo
protege el medio ambiente, protege su negocio frente a multas y sanciones por
parte de la administración.
Si va a abrir un negocio en un
edificio nuevo o remodelado, asegúrese de que se instala calefacción de
eficiencia energética y sistemas de aire acondicionado, aparatos, equipos e
iluminación bajo este criterio. Se verá en la obligación de adqurir productos
ecológicos, como son los materiales reciclados y proporcione consejos de ahorro
de energía a sus empleados.
Y es que, la aplicación de estas
medidas energéticas es principalmente, una enorme oportunidad para las propias
empresas, que pueden ver reducidos sus gastos y ver como sus procesos
empresariales se realizan con un mayor rendimiento.
Auditoría. La mejor manera de empezar a trabajar en este sentido es
realizar una auditoría energética, que ayudará a detectar los espacios donde la
empresa podría sacar mayor rendimiento.
La
etiqueta. Es una ocasión para
hacerse con el adjetivo “verde” como táctica de marketing. Mejorará
la imagen de marca y garantizará una mayor cuota de mercado entre el número
creciente de consumidores que quieren proteger el medio ambiente.
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