miércoles, 8 de enero de 2014

Descalcificación de piscinas



Uno de los tantos servicios que ofrece Margal Energía es el tratamiento de piscinas, y de entre todas las aplicaciones y soluciones posibles, una de ellas es la descalcificación de las mismas. Pero, ¿en qué consiste?

La descalcificación radica en la reducción de la dureza química de las aguas. Esto es, levar a cabo un proceso de desionización, destilación, osmosis inversa e intercambio catiónico (descalcificación).
Este último proceso es el más empleado, y nos proporcionará una serie de ventajas como la obtención de agua de calidad para nuestra vivienda, ahorro energético y el aumento y duración de nuestros electrodomésticos.

Conceptos básicos. Un ión es un átomo o grupo de átomos que posee carga eléctrica. Cuando esta carga es positiva le llamamos catión. Los principales causantes de la dureza son los cationes cálcico y magnésico. Los iones con carga negativa se llaman aniones y no tienen intervención directa en la descalcificación.

La resina. La comúnmente conocida como “resina” es un producto sintético que se fabrica en forma de minúsculas partículas de forma esférica. En ellas es donde tiene lugar el intercambio de iones. Las esferas de resina catiónica atraen a los iones cargador positivamente o cationes. Los cationes quedarán adheridos a la resina hasta que ésta entre en contacto con otros cationes para los cuales tenga mayor afinidad.

Lo que sucede es que la resina soltará un ión y aceptará en su lugar el ión por el que tiene más atracción. Los iones no se destruyen ni se cambian químicamente son reemplazados por otros en las esferas de resina. Hablamos pues, de un intercambio de iones.


El proceso. En el proceso de descalcificación el calcio y el magnesio tienen más afinidad por la resina que el sodio. La resina soltará los iones de sodio para tener espacio para alojar a los de calcio y magnesio. Así el calcio y el magnesio han sido parcialmente eliminados. El agua, por lo tanto, pierde dureza puesto que contiene menos calcio y magnesio.

Regeneración. Se le denomina así al proceso por el lecho de la resina se agota temporalmente, y ya no se puede descalcificar más agua. Entonces se pone en marcha una nueva reacción de intercambio para corregir la situación, los iones de calcio y magnesio que lleguen con el agua de entrada atravesarán el lecho de resina sin ser afectados, puesto que no hay espacio para ellos. El agua no se descalcificará. En este momento es necesario recargar el sistema. Para lograrlo se procede a un intercambio iónico en sentido inverso. Ello es necesario para extraer los iones de calcio y magnesio de sus emplazamientos en la resina, reemplazándolos por iones de sodio.

lunes, 6 de enero de 2014

Smart City "Entrevista con Alex Bustos"

Todos los días escuchamos la importancia de la eficiencia energética y como debemos mejorar nuestros procesos para tener un menor impacto al medio ambiente, pues en este contexto hay un término que poco a poco va tomando protagonismo, se trata de las "smart city", una nueva forma de ver los grandes centros urbanos, y que hoy ya se esta abriendo camino en nuestro país.

Acá les dejamos una entrevista a Alex Bustos, Gerente de Ventas Mercado Cities Energy, de la empresa Schneider Electric.

¿Qué es una Smart City?
Una Smart City es una ciudad verdaderamente eficiente, con un rendimiento optimizado de distintos sistemas, cada uno de los cuales es administrado de forma integrada para aprovechar de una mejor forma las inversiones, maximizar su valor y hacer más sustentable la vida para sus integrantes.

Una ciudad inteligente, a su vez, recorre con su comunidad un camino para ser más competitiva en cuando a talentos, inversiones y trabajo; logrando todo esto un aumento en la calidad de vida. Una ciudad debe adaptarse para ser un lugar agradable para vivir, trabajar y divertirse; enfocándose en los residentes y turistas por igual. También debe ser inclusiva y ofrecer oportunidades para todos sus habitantes, además de ofrecerles servicios innovadores, significativos y atractivos.

Al ser sustentable, una Smart City reduce las consecuencias ambientales de la vida urbana, sobre todo si tomamos en cuenta que las ciudades son las mayores emisoras de carbono con sus carreteras, espacios públicos y edificios que utilizan sus habitantes para trabajar, vivir y recrearse. Es necesaria una ejecución eficiente y sustentable de las operaciones en todas estas áreas para minimizar la huella ecológica de la ciudad.

¿De dónde nace el concepto?
El concepto de ciudades inteligentes nace de una necesidad. En 30 años más, el 70% de la población mundial vivirá en ciudades, lo que generará el fenómeno de las megaciudades.

En este sentido, la disminución de emisiones de CO2, la calidad de vida y la buena distribución de los habitantes serán factores clave para poder convivir en estas grandes urbes. Las ciudades inteligentes vienen a solucionar todos estos dilemas, sacando el máximo provecho de la energía, a la vez que introduce el uso de las energías renovables y entrega armonía a cada componente urbano.

¿Cuales son las líneas de acción?
Para que una ciudad se convierta en una Smart City existen cinco puntos clave:

Establecer la meta y la hoja de ruta para llegar a ser una Smart City.
Combinar soluciones de hardware y software para mejorar la eficiencia de los sistemas operativos urbanos.
Fomentar la integración de las operaciones e informaciones para mejorar la eficiencia general de la ciudad.
Impulsar la innovación y crear un modelo de negocio específico para cada ciudad.
Conducir la colaboración entre los mejores actores, particulares, gobierno, privados tanto nacionales como internacionales.

¿De que forma podemos llegar a crear una smart city?
Una Smart City o ciudad inteligente es por estos días más que una novedad tecnológica una necesidad real de vida en sociedad, pudiendo generarse mediante los siguientes aspectos:

Adaptación y control de iluminación de calles
Medidas de energía bidireccional (Net Metering)
Automatización de subestaciones de electricidad, agua y gas
Implementación de rutinas de eficiencia energética
Fomento del transporte eléctrico
Comunicación y control de electrodomésticos
Gestión de activos
Video Vigilancia
Gestión de cortes y reposición de energía
Previsiones meteorológicas
Fomento y uso de energía renovables
Control y administración de la demanda eléctrica
Generación virtual de energía
Monitoreo y control de la calidad de energía
Gestión basada en los indicadores de proceso
Almacenamiento de energía por nuevos y mejores medios
Implementación de SCADAS (software de adquisición y control de datos) en la gestión
energética.

¿Hay algún modelo de Smart City en funcionamiento y que sirva de referente?
Lamentablemente, ninguna ciudad del mundo actualmente es una Smart City como tal ya que no existen parámetros estándares de medición. Sin embargo, hay muchas que han ido adoptando distintas soluciones en la búsqueda de ser una urbe inteligente.

Un ejemplo a destacar es Madrid, España, en donde se implementaron varias soluciones. Algunas de estas son un sistema de información del clima para el aeropuerto, manejo de aguas pluviales, sistemas de gestión de energía para edificios, sistema de control del tráfico en tiempo real en 739 intersecciones, control de acceso a la ciudad, entre otras soluciones.

Sin embargo, existen muchas iniciativas de Smart City en el mundo, pero son las grandes capitales las que suelen disponer de mayor capacidad financiera para abordar los proyectos necesarios para dotarlas de “inteligencia”.

Ejemplos destacados son Barcelona, Lleida, Tarragona, Málaga, Bari, Stockholm, Buzios, Dubai, Boulder, Columbus y Génova.

Todas las ciudades, sobre todo las que poseen una gran densidad poblacional, tienen el potencial para convertirse en una Smart City. Chile ya ha dado algunos pasos.

De hecho, Valparaíso ya dio un paso importante y actualmente tiene un sistema de gestión energética integrada y remota, el cual permite el análisis y la optimización de la red eléctrica.

Además, hoy Chilectra está automatizando las redes de distribución de media tensión de Santiago y está pronto inaugurará el primer prototipo de ciudad inteligente de Chile. Este proyecto se llama Smart City Santiago y está siendo implementado en la Ciudad Empresarial.

También en Punta Arenas, de la mano de la Universidad de Magallanes, algo se está avanzando en el tema.

¿Qué barreras enfrenta específicamente Chile para desarrollar este tipo de concepto en sus ciudades?
Más que barreras hay desafíos por delante. El concepto Smart suele ser asociado a las grandes capitales, debido a que son éstas las que lo han implementado con más fuerza y actualmente hay ejemplos emblemáticos.

Sin embargo, las Smart Cities son una forma de vivir que puede ser replicado en cualquier asentamiento humano, ya que su objetivo es lograr convertirse en un lugar de residencia y trabajo que cuente con todas las condiciones para lograr calidad de vida, minimizando las emisiones de CO2. Por lo tanto, en cualquier lugar de Chile podría implementarse.

Para que nuestras ciudades se conviertas en verdaderas Smart Cities, existe el desafío de que las grandes instituciones públicas y privadas, sobre todo de servicios, adopten este sistema. Sólo de esta forma serán una ciudad del futuro, convirtiéndose en urbes más sustentables, eficientes y otorgando una mejor calidad de vida a sus habitantes.

viernes, 3 de enero de 2014

Una Navidad sostenible es posible



Según los últimos estudios, cada español suele emitir hasta 500 kilos de CO2 durante las Navidades, lo que supondría casi el 6% del dióxido de carbono que emitimos al año. Pero estos datos, preocupantes y desorbitados, pueden cambiar si decidimos ponerle remedio.

Existen fórmulas para limitar la contaminación, incluso algunas de ellas podrían llegar a forma parte de nuestros hábitos navideños, como la compra y envío de “e-cards”. Aquí os proponemos algunas facetas en las que podemos ayudar al mundo a ser un poco más limpio.

Iluminación. Suponen casi un tercio de las emisiones en Navidad. Este es el peor caso, ya que parece difícil aceptar que la luz, elemento fielmente unido al concepto “Navidad” tanto como los propios regalos, la familia o la nieve, pueda verse alterado por causas ecológicas

Es dicho que la luz exterior, la que alumbra las calles, es la que más contamina, pero suele justificarse su exposición desmedida debido a que promueven la compra entre la sociedad.

La crisis ha obligado a los ayuntamientos de toda España a recortar en gran medida los presupuestos para iluminación, a través de la supresión de bombillas o su reemplazo por apliques LED, más eficientes y duraderos. Ya el año pasado, el gasto en se redujo a prácticamente la mitad.

Un informe del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía recomendaba que el alumbrado navideño tuviera lugar del 15 de diciembre al 6 de enero y en horario limitado. El año pasado, Madrid encendió las luces el 25 de noviembre y brillarán, en total, 232 horas de luz durante 44 noches. La media española está en 197 horas de luz, según el estudio que desde hace unos años realiza Adeces, cuya recomendación es de 135 horas y una semana de antelación en el encendido.


Alimentación. La comida en Navidad sólo supone un 4% de nuestras emisiones individuales. Aún así, es posible cuidar el medio ambiente seleccionando alimentos locales y que no estén amenazados. Aunque la carne conlleva unas emisiones 9 veces mayores que el pescado, quizá este sea un buen momento para gastar un poco más de dinero y adquirir carne de procedencia ecológica.

Entre las especies en peligro están algunos clásicos de la cena de Nochevieja como el langostino, el besugo, el pez espada o el rodaballo, aunque se admite como sostenible un buen rodaballo gallego de crianza, especialmente al horno o con almejas.

Entre las opciones más ecológicas para consumir están los berberechos, el marisco de concha (almejas, mejillones, percebes, navajas u ostras), el centollo o la nécora. Entre los pescados se recomienda la sardina, la trucha arcoíris o el bacalao de Islandia, cuya pesca está más controlada, al contrario que el bacalao del norte o el que procede del Báltico.

miércoles, 1 de enero de 2014

Finalmente, el “fracking” ha llegado a España

Para muchos, las noticias que se estaban dejando caer sobre la posibilidad de que el Gobierno español estuviese considerando prospecciones de gas natural basadas en el fracking no estaban siendo ni mucho menos agradables. Sin embargo, parecen haberse hecho realidad, y nada menos que en un lugar tan emblemático como el Parque Nacional de Doñana.

Los principales medios de comunicación del país se han hecho eco rápidamente de la mala noticia (por ejemplo, ver la noticia de El País). Mala no, pésima. El fracking es de todo menos bueno. Es un sistema muy dañino para el ecosistema (si ya de por sí la metodología de extracción de gas natural y petróleo no era dañina con métodos convencionales). Tenéis más información entre la sabiduría de Wikipedia (en este enlace).

Entre las consecuencias principales del fracking están la destrucción del medio ambiente, la contaminación de subsuelo y acuíferos, y, como consecuencia, la destrucción de flora y fauna en la zona afectada. Podéis ver esta representación del sistema (Gasland film, en inglés). De hecho, buscando en Internet por “fracking disaster” o “shale gas disaster” se pueden encontrar relatos como el de esta familia: enlace a noticia, vía National Geographic.

Es increíble que el Gobierno de España, teniendo los recursos de las energías renovables tan disponibles y accesibles, y pudiendo potenciar un mercado energético sostenible, ecológico, económico y generador de empleo como es el de las energías renovables, siga cediendo ante la presión de aquellas grandes corporaciones cuyo único objetivo es llenar sus arcas sin importar las consecuencias.

Desde luego, esto es intolerable desde todos los puntos de vista. Las energías renovables han probado ser más fiables y más económicas que todas las energías convencionales, y el apoyo recibido durante los últimos meses ha sido negativo, llegando al punto de renunciar a su posición en el IRENA y dejando de promover temas tan serior y de tanto calado como el balance neto, que mejoraría la independencia energética del país a través de recursos tan patrios como el sol, el viento y la biomasa.

martes, 24 de diciembre de 2013

El consumo energético doméstico en España



Gracias al informe publicado por IDAE la influencia de la domótica en el consumo energético del hogar, hemos conseguido descubrir ciertos aspectos que desconocíamos y que ahora pueden ayudarnos a percibir de otro modo las ventajas de la integración de la domótico en nuestra vivienda. Hoy hablaremos sobre el tipo de consumo existente en España y el coste del mismo.

El consumo de energía de las familias españolas supone ya un 30% del consumo total de energía del país, repartiéndose casi a partes iguales entre el coche privado y la vivienda (el 18% corresponde al consumo do­méstico). Cada hogar es responsable de producir hasta 5 toneladas de CO2  anuales. 

Las familias españolas, con sus pautas de comportamiento, son decisivas para conseguir que los recursos energéticos se utilicen eficientemente. El  potencial total de ahorro de energía en las viviendas para 2020 está calculado en un 27% según el Plan de Acción para la Eficiencia Energética (2007-2012) del IDAE.


El coste de consumo energético del hogar. Además de la necesidad de reducir el consumo de energía para contribuir a la disminución de la contaminación, se debe tener en cuenta el factor económico. El coste del consumo energético de los hogares españoles para una familia supone al año unos 900 €

Los precios de la electricidad, el agua, y los combustibles como el gas natural evolucionan con una tendencia alcista como consecuencia del carácter perecedero de las energías no renovables y el imparable incremento de la intensidad energética. En los últimos 5 años el precio del gas y la electrici­dad han aumentado en torno a un 15%.

jueves, 19 de diciembre de 2013

London Array, el parque eólico marino gigante



El denominado como ‘London Array’ es el parque eólico marino más grande del mundo. Cuenta con 630 MW y está situado frente a la desembocadura del río Támesis, en el sureste de Inglaterra. En realidad, sus 175 aerogeneradores fueron conectados finalmente a la red en abril de este año, y desde entonces, generan energía suficiente para abastecer a medio millón de hogares británicos.


El parque fue inaugurado este pasado mes de julio, aunque se puso en funcionamiento tres meses antes, después de que pasados seis meses de trabajo programado, todos y cada uno de los 175 aerogeneradores de Siemens, de 3,6 MW de potencia unitaria, viertan su energía a la red.


London Array se extiende sobre una superficie de 100 kilómetros cuadrados, ha necesitado de una inversión de 2.200 millones de euros y fue culminada tras el largo trabajo de cuatro años. La inversión podría aumentar, si como quieren sus promotores, la infraestructura amplía su potencia desde los 630 MW actuales hasta los 870 MW. Una segunda fase que está pendiente de aprobación.



El parque está ubicado veinte kilómetros mar adentro, por lo que ha necesitado la instalación de casi 450 kilómetros de cable submarino y dos subestaciones offshore que recogen la electricidad generada por los aerogeneradores antes de transportarla a la costa. Cada máquina tiene una base exclusiva, adaptada a las condiciones específicas del terreno, y oscila entre los 5 y los 25 metros de profundidad. Por encima del nivel del agua, los aeros alcanzan los 147 metros de altura. El parque genera energía suficiente para abastecer medio millón de hogares, lo que evitará la emisión de 925.000 toneladas anuales de CO2.


El Reino Unido es uno de los países que mayor inversión están realizando en el crecimiento y evolución de la energía eólica marina, siendo uno de los grandes referentes mundiales en este la materia. El London Array se suma al que era hasta ayer el mayor parque eólico offshore, el de Greater Gabbard, de 500 MW, situado en la misma zona.