Empleada por primera vez como generadora eléctrica en Italia en 1913,
la energía geotérmica dio sus primeros pasos en España en la década de los 70,
cuando el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) realizó estudios sobre
cómo y donde podía desarrollarse esta energía para ser viable.
Cuarenta años más tarde, y a
pesar de contar con el apoyo de la ciencia y el sector energético al completo,
la geotermia sigue sin despegar. Según la Asociación de Productores de Energías Renovables,
en España hay instalados entre 22 y 150 megavatios térmicos y 0 megavatios
eléctricos de esta energía.
La geotermia consiste en el
aprovechamiento del agua subterránea y sus diferentes temperaturas para
conseguir producir electricidad o calor. Aún teniendo un enorme potencial, su
elevado coste y la falta de estudios en la mejora de las aplicaciones prácticas
de esta energía siguen manteniendo a la geotermia en un lado marginal con
respecto al resto de energías renovables como la eólica, la solar o la
hidráulica.
Como explica el geólogo José
Albert a la agencia EFE, en una información recogida en El Correo: “la
geotermia no se
debería dejar de lado en ninguna parte del mundo, es mucho
más provechosa que otras fuentes de generación de electricidad, como la eólica
o la solar, pues el vapor de agua del interior de la tierra siempre está ahí”.
Albert, le explicaba así a la
agencia EFE su forma de explotación: “El agua del subsuelo, al sobrepasar los
100 grados centígrados, se convierte en vapor que puede ser aprovechado para mover una turbina
que genere electricidad”
En España, los únicos yacimientos
geotérmicos de alta temperatura se encuentran en las Islas Canarias, Lanzarote
y La Palma, y
los de baja se encuentran repartidos por toda la península, pero especialmente
en la zona sureste, nordeste y noroeste. Los políticos aún no contemplan que
una inversión es un proyecto necesario a largo plazo para permitir el
desarrollo y crecimiento de estas energías, pero quizás ya vaya siendo hora de
darle una oportunidad a una fuente energética que se prevé podría ser incluso
más rentable que sus propias hermanas mayores.
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