miércoles, 30 de octubre de 2013

La Acequia Mayor proyecta volver a producir energía eléctrica en el Pantano de Elche

Según Diario Información // La propuesta sale a exposición pública tras haber estado bloqueada durante años, y plantea retomar la actividad que se inició en 1924 en la minicentral y que se abandonó después. El documento contempla la restauración del edificio

El proyecto de la Comunidad de Regantes de la Acequia Mayor para recuperar la producción de energía eléctrica en el Pantano, bloqueado durante años y años, parece que está más cerca de ver la luz, al menos desde el punto de vista burocrático. Y es que el plan de participación pública del estudio de integración paisajística acaba de salir ahora a exposición pública, aunque lo hace precisamente después del recorte en las primas a las energías renovables impulsado recientemente por el Ejecutivo. La Junta de Gobierno Local ya aprobó en julio de 2012 un informe favorable que daba luz verde a la propuesta promovida por la Acequia Mayor.

El documento detalla que «el proyecto de aprovechamiento hidroeléctrico de la Acequia Mayor del Pantano de Elche gira en torno a la realización de las obras oportunas sobre las instalaciones ya existentes, construidas en el año 1924, para adaptar éstas a las necesidades que se demandan». A partir de ahí, especifica que el esquema general para producir la energía responde al «modelo típico» de los saltos de agua fluyentes en canales de riego. Para ello, se plantea un sistema que gira en torno a un punto de captación ya construido, una conducción de derivación también ejecutada, una cámara de carga-aliviadero, una conducción forzada, el edificio de la central y la restitución a la conducción de riego.

Para la cámara de carga se propone la ampliación del canal de 5,5 metros de longitud en el que al final se encuentra el pozo de carga, de 2,5 metros de largo y 3,75 metros de profundidad. En este sentido, el proyecto apunta que la cámara de carga quedará delimitada por dos muros principales y habrá un aliviadero con la capacidad de desagüe suficiente para verter el máximo caudal derivable.

En cuanto a la conducción forzada, se proyectará optimizando el trazado actual, de manera que discurrirá en paralelo a él, con una tubería de chapa de acero o de poliéster reforzado de 74 metros de longitud colocada sobre apoyos de hormigón cada cinco metros, pero con la pretensión de seguir la línea de máxima pendiente de la ladera. Es más, según el plan, «el trazado discurre en paralelo a la antigua conducción, adaptándose a la ubicación del resto de elementos y minimizando el impacto visual». Como aliviadero, se aprovechará la actual canalización de hormigón, aunque forrada en el interior con PVC, con una arqueta al final.

La central se emplazará sobre el edificio existente, en una ubicación no sólo condicionada por la construcción en sí, sino también por el trazado de la propia conducción de hormigón y su proximidad al río Vinalopó, algo que, no obstante, según el proyecto, «obliga a realizar la oportuna obra de protección de los márgenes con escollera».
El estudio, paralelamente, recuerda que en las proximidades de la central hay una zona de viales y aparcamientos apta para vehículos, y avanza que el firme que se propone está constituido por base de zahorra natural seleccionada de 20 centímetros de espesor.

Sin embargo, entre los puntos más importantes, destaca la intención de restaurar el edificio de la central, con el fin de aprovechar la construcción, aunque, según se señala, «utilizando materiales que faciliten la integración paisajística, evitando así una mayor intrusión visual».

En concreto, el proyecto habla de la recuperación de la cubierta de teja árabe y de la rehabilitación exterior con estuco en colores ocres.

Por lo que respecta al interior del inmueble, y junto a la instalación de las infraestructuras necesarias para el funcionamiento de la minicentral eléctrica, se busca poner en marcha una sala de divulgación cultural y ambiental que se centre en los valores socieconómicos y naturales del entorno del Pantano.

Finalmente, para el transporte de la electricidad desde la central se opta por una línea subterránea hasta el entronque situado al norte, a unos 660 metros, aunque se utilizarán diferentes técnicas en función del tramo. El objetivo final, tal y como se destaca en el estudio, «es evitar totalmente el perjuicio ambiental, así como la intrusión visual, como ocurre con las instalaciones de líneas eléctricas aéreas».

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